Considerada capital cultural, religiosa y espiritual de Marruecos es una ciudad que no ha sufrido el paso del tiempo. Reúne más de 150 barrios y, según la ley, cada uno de ellos contiene un hamman (baño público), una mezquita, una fuente, una panadería y una escuela coránica.
Sumergirse en el laberinto medieval de Fel el Bali compuesto por mas de 9.500 callejuelas es como retroceder siglos en el tiempo, y recorrer las calles de la medina es sumergirse en un mundo infinito de sensaciones, olores, colores, sabores y sonidos que, seguro, te sorprenderán y permanecerán para siempre marcadas en tu memoria.
Los artesanos se distribuyen por diferentes barrios: el de los alfareros, forjadores, sastres, ... En el barrio de los curtidores, la tenería de Al-Chauara constituye uno de los puntos imprescindibles para visitar en Fez, donde los curtidores se sumergen en las fosas en las que lavan frotan y tiñen las pieles que luego son secadas al sol colgadas de los muros y terrazas de los edificios de alrededor.
En Fez el Jdid, construido en el siglo XIII, se sitúa el antiguo barrio judío o mellah, donde, desde tiempos ancestrales, siguen habitando numerosas familias judías en perfecta convivencia con sus vecinos árabes. El barrio contiene, por supuesto, su propio cementerio y una sinagoga.
Los monumentos de Fez más conocidos son la Mezquita de Moulai Idris (del siglo IX, reconstruida en el XIII), la tumba del fundador de la ciudad, la mezquita Qarawiyin (fundada en el año 859 y ampliada hasta el siglo XIII), la medersa Bu' Inaniyya, una residencia para estudiantes del Corán que fue construida en 1355 y la mezquita de los andaluces (fundada en el 860 y ampliada en el 1200).
Fez, ciudad bulliciosa y laberíntica, te transportará no solo a siglos pasados, sino que además te sumergirá con cada paso entre chilabas, lámparas, cobres, babuchas y alfombras, en alguno de los cuentos de las mil y una noches
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